lunes, 14 de diciembre de 2009

Historia de una sorpresa.

Toledo en diciembre equivale a frío… A frío y kilómetros de luces antiniebla hasta llegar y ubicarte, hasta pasar calzadas de piedra a la antigua, ya sabes, mojadas y resbaladizas, y conseguir aparcar en parkings pequeños de los que es difícil salir y poder decir “¡uf! hemos llegado”. Pero es bonito, muy bonito, y más si toca Sidonie y consigue calentar el ambiente: No hay nada como disfrutar de un concierto íntimo (algo a lo que en Madrid no estamos precisamente acostumbrados), en primera fila sin agobio alguno, y con la mejor compañía posible para compensar el frío que se pega en los huesos y cantarle al oído, que para algo El Incendio es un disco de amor, ¿no? No hay nada como creer que nadie nos mira, y “es estupendo ser vulgar”. Nada como evitar dormirse con una nana sobre una rebelión de girasoles, con un Marc Ros de Cuentacuentos en el (de nuevo) frío suelo de una Iglesia transformada en Centro de Arte, nuestro Centro de Arte. Nada como que no dejes de fumar y te regañe, o como que no te crea capaz de decirme que me quieres ni siquiera cuando la canción lo proclama siete veces a los cuatro vientos… (Nada como que me lo susurres cuando termina). No hay nada como canciones de actrices frustradas y sin James Dean o como homenajes a George Harrison en forma de sitar. No hay nada como mi “cumpleaños en marzo con una vela y vino barato”, o como una bandeja de chupitos en nuestro honor.
Me gusta el pelo de Axel Pi. No hay nada como un susto final a ritmo de "somos un incendio sin control", que salta las chispas de cualquiera, o como cruzarse con los Sunday Drivers y no poder dejar de mirarles. Nada como que nos pregunten si queremos (“¡¿que si qué?!”), y que hables tú porque a mi me falten las palabras. La próxima vez recuérdame que me vuelva a pintar antes de que me hagas ninguna foto. Odio que se acabe. No hay nada como que el GPS se pierda y se vuelva a encontrar, o como conseguir concentrarme al volante si no dejas de mirarme… Nada como entrar en calor.
Lo que quiero decir es que no es en Nueva York donde “los versos dejan cicatriz”, ¡créeme! es en Toledo.
Bueno, en Toledo y contigo.
"Feliz Incendio"

4 comentarios:

  1. Ufff....no sé ni que comentar a esta entrada, porque me ha encantado tanto.
    Las canciones de las que hablas, el texto, lo que deja y no deja ver.

    P.D.: En Zamora también hace frío, llueve, nieva, hiela, y a veces la niebla no nos abandona en una semana. Pero me gusta
    Un besito

    ResponderEliminar
  2. insisto en eso de que envidio a "j" por tenerte... maldito chico de pelo rubio y cara de crio¡¡¡¡
    jejjejeje

    una vez mas: me encanta como lo escribes y como transmites tu amorciCo sin condicion... y si encima esta Sidonie por medio... SUBLIME¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  3. qué divertido! entre esta entrada y lo que dice Zeta del concierto habrá que conocer a estos artistas... un beso! y feliz navidad Celia!

    ResponderEliminar